Vivir juntos por necesidad. Parte 3

Entonces, sigamos hablando sobre cómo hacer que el hecho de verse en la obligación de vivir en la casa de otra persona sea menos traumático.

Por supuesto, mucho depende de con quién vives y qué tipo de relación tienen. Cada situación tiene sus matices únicos. Por supuesto, también hay que tenerlos en cuenta. Sin embargo, hay reglas generales que serán útiles en todas las situaciones:

1. Cada uno de nosotros tiene sus propios “límites”: potencial de adaptación individual. La situación actual no es fácil para nadie. Está lleno de muchas preocupaciones y ansiedad. Pero cada persona se está adaptando de manera diferente, en la medida de sus posibilidades. Es importante tener esto en cuenta para que las emociones negativas no te abrumen a ti y a los que están cerca de ti, porque, si lo hacen, el nivel de tensión aumentará mucho.

Al comunicarte con miembros de la familia, debes tener en cuenta estas consideraciones. Esto significa:

– No restes importancia a los sentimientos de otras personas (“¿Por qué siempre estás nervioso? ¡Relájate, tómate un descanso!”, “Bueno, no puedes ser tan quisquilloso, ¡no es como si estuvieras en una isla desierta!”, “Mírame a mí, ¡yo no estoy lloriqueando! ¡Ánimo!”, “Para otros, es aún peor, ¡contrólate!”)

– No deberías descartar las dificultades, pero es importante no dramatizar, no exagerar.

El pánico, la ansiedad y la disforia son sentimientos contagiosos, por lo que es importante mantenerlos a raya apoyándote a ti mismo y a los demás.

2. Necesitas mostrar tus sentimientos y no encerrarlos. Si las emociones te inundan, habla con los que están cerca tuyo. Si no puedes obtener apoyo de ellos, usa el teléfono o Internet para hablar con amigos y personas de ideas afines. Si no cuidas tu estado emocional, aumenta la probabilidad de que te “desquites” con los que están cerca, y esto exacerbará tu ya difícil situación.

3. Trata de no evitar las peleas. Pospón discutir tu descontento acumulado con los demás para más tarde. Ahora bien, esto sólo agravará la situación.

4. Si, sin embargo, la situación se vuelve tensa, se está gestando un conflicto y deseas hacer estallar tu frustración y decir algo, intenta ponerte en el lugar de otra persona. Piensa en lo que le preocupa al otro y por qué se está comportando de esta manera.

5. Trata de notar detalles positivos: agradécele a tu tía por una deliciosa cena, elogia el nuevo delantal de tu suegra; esto brinda una contribución adicional muy necesaria al “banco de buena voluntad”.


6. Brinda a los familiares mayores la oportunidad de interactuar con otras personas a través de Internet. Las personas más jóvenes saben cómo comunicarse a través de Skype y mensajería instantánea, pero es probable que las personas mayores no sepan cómo hacerlo. Organiza una sesión de video para tu mamá o abuela con sus amigas; esto puede ser de gran ayuda y crear una atmósfera positiva.

7. No olvides que puedes tratar de hacer que la situación sea más cómoda, pero no está en tu poder salvar a todos de las emociones difíciles. Esta es una prueba conjunta, que puede convertirse en una importante experiencia de superación de obstáculos en equipo.

8. Respeta las reglas de la casa donde debes vivir ahora: aclara, pide detalles y discúlpate si te equivocas; esto no permitirá que la situación se intensifique.

Si te encuentras con personas con las que no es fácil comunicarse incluso en los buenos tiempos, o con personas francamente tóxicas y complicadas, entonces debes concentrarte más en protegerte a ti mismo y a tu estado emocional que en construir puentes. ¿Qué puedes hacer si este es el caso?

– Designa áreas “comunes” y áreas “privadas” donde nadie pueda molestarte. Piensa detenidamente en las opciones para “escapar”, tanto físicamente (enciérrate en una habitación separada si es necesario) como mentalmente (auriculares, películas, libros, música);

– No te involucres en disputas, no agregues “combustible al fuego”: las personas tóxicas solo esperan esto para hacer “estallar” la situación;

– Piensa en excusas seguras en caso de que la discusión llegue a un callejón sin salida y sea necesario abandonar la conversación.

– Si la conversación aun así te hizo perder el equilibrio, busca una manera de recuperarte: haz ejercicios de respiración, toma un baño de burbujas o haz alguna actividad física. Usa cualquier técnica que funcione para ti.

Recuerda que tu tarea principal para el futuro cercano es salvarte, salir de esta situación con pérdidas mínimas y encontrar la fuerza en tu interior para construir una nueva vida. No es nada fácil, lo entendemos, pero te ofrecemos nuestro apoyo y deseamos que todo mejore pronto.


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