Las personas contra dependientes tienen miedo de acercarse a los demás. Perciben el amor y la intimidad no como una alegría, sino como un peligro, una carga insoportable, una cosa pesada que está a punto de caer sobre una herida sin cicatrizar y causarles dolor. En consecuencia, tales personas eligen las tácticas de evitación. Así es como puede manifestarse:
Comportamiento desafiante
Te comportas de manera agresiva o inconsistente, mostrando los “lados oscuros” de tu personalidad. ¿Por qué? Para probar si tu pareja está REALMENTE lista para estar contigo. El miedo a la intimidad (y es lo que desencadena la evitación) te dice que cuando la pareja ve tu vulnerabilidad, puede dejarte, por lo que es mejor probar la seriedad de sus sentimientos con los comportamientos más repulsivos.
Dudas
Por un lado, encuentras a la persona interesante, lo pasan muy bien juntos, te atrae y te dan ganas de algo más. En cambio, en cuanto te acercas un poco, te sientes incómodo, sofocado, apretado, quieres retirarte, alejarte, salir corriendo. Ahí es cuando empiezas a dudar: ¿es la persona adecuada? Si tienes estos sentimientos, ¿quizás no deberías ir más allá?
Es importante vigilar cuando se presenten estas dudas. Si notas que hay un ciclo de “Me sentí bien, comencé a dudar”, lo más probable es que esté relacionado con la evasión.
Desconfianza
Examinas tus propias palabras y las de otras personas, no puedes relajarte y abrirte cuando interactúas con los demás, revisas todo dos veces y cualquier discrepancia o inconsistencia más pequeña te genera una oleada de emociones negativas y te hace pensar “Ya veo, ¡no puedo confiar en esta persona!”
En relación con esto, también es necesario considerar el contexto. Si tu desconfianza resuena constantemente en tus oídos, si no tiene nada que ver con los hechos y la realidad, si suena como “No confío porque no puedo confiar en nadie” o “No confío porque es demasiado bueno para ser verdad”, entonces lo más probable es que estés evadiendo.
Encontrar fallas
Tan pronto como encuentras interesante a la persona, comienzas a buscar fallas y tratas de encontrar una trampa. Y si no puedes encontrar ningún defecto, empiezas a inventarlo. No puede cometer un error a tu alrededor: el más mínimo error provoca un estallido de ira, rechazo y un extraño alivio. Si miras de cerca, notarás que cuando la persona significativa se equivoca, en algún lugar en el fondo te sientes feliz, porque te da una excusa para distanciarte.
Escapar
Prefieres romper la relación en lugar de buscar una solución. Lo primero que piensas cuando te enfrentas a un conflicto es: “¡Necesito terminar esto!”. Como no tienes la habilidad para resolver problemas, para superar las contradicciones, para elegir las respuestas correctas (te entregas a tus emociones y reaccionas a ellas), es más fácil para ti terminar una relación que quedarte y resolver el problema. Trae un alivio momentáneo, pero luego te sientes triste, solo y culpable, y empiezas a reprocharte.
¿Puedes hacer algo con esta tendencia contra dependiente? Claro que puedes. Y la experiencia de millones de personas en todo el mundo lo demuestra.
Te beneficiarás de una terapia regular con un buen psicólogo, o si no está disponible, puedes unirte a nuestro programa El Evasivo. Puedes encontrarlo en la sección de Cursos.
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