Imagina que estás usando lentes sucios.
Estás tratando de mirar a través de un vidrio borroso y sucio, e incluso así eres capaz de ver algo. Puedes distinguir colores y contornos. Te las arreglas para hacer las cosas. Pero las manchas en el cristal no te permiten tener una imagen completa del mundo.
Te tropiezas con las cosas, dejas pasar lo importante, y constantemente te sientes molesto y frustrado.
Cuanto más tiempo lleves los lentes sucios, peor será tu estado de ánimo, menos energía y motivación tendrás y más oportunidades perderás. Además, te llenas de moretones por chocar con objetos que no notas.
Ahora imagina que has estado usando estos lentes durante toda tu vida.
¿Podrás sentirte bien? ¿Tendrás el poder de lograr algo? ¿Tendrás los recursos para tener una relación saludable?
Eso es lo que sucede con tu mente.
Cuando tu cabeza está repleta de pensamientos tóxicos, actitudes limitantes, pensamientos no deseados, fantasías inquietantes e información sin sentido, no puedes vivir una vida plena y feliz.
Verás una imagen distorsionada. Te perderás tus oportunidades y saldrás lastimado.
Por eso es tan importante despejar la mente de respuestas automáticas, de basura, de “voces”, de actitudes anticuadas y sin sentido; para limpiar los lentes a través de los cuales percibes el mundo y trabajar en tu conciencia y control mental.
La vida es más fácil y mucho más feliz cuando usas lentes limpios.
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