Bocadillos nocturnos

Hablemos de 5 razones por las que visita la nevera a altas horas de la noche.

Razón #1: No come lo suficiente durante el día.

O se salta las comidas simplemente tomando algo sobre la marcha, o se limita seriamente y no obtiene suficientes nutrientes y elementos esenciales para su cuerpo. Por la noche, está tan cansado que su fuerza de voluntad, autodisciplina y aspiraciones de un estilo de vida saludable no pueden contener sus impulsos.

Razón #2: No conoce otras formas de distraerse.

Se encuentra aburrido, triste, solo, ansioso, no le gusta el lugar en el que está y no tiene estrategias alternativas para reducir la intensidad de estos sentimientos.

Se las arregla para pasar el día porque se distraes con diferentes tareas, personas y preocupaciones, pero por la noche es como si solo le quedara una opción.

Razón #3: Comportamiento aprendido.


Por ejemplo, en su familia siempre tenía algo bueno para comer en la noche, o solían sentarse a tomar el té juntos, consentirse a sí mismo y a sus seres queridos con algo delicioso después de un día duro, hablar e intercambiar noticias durante la cena. Y ahora en su vida adulta, solo está replicando este guion.

Razón #4: Limita ciertos alimentos.

Tiene antojo de algo, pero no lo come porque es un alimento “malo”, “prohibido” o “poco saludable”.

Las restricciones tienden a acumularse y luego estallan en atracones incontrolados.

Razón #5: Se siente físicamente incómodo.

Si no se encuentra en contacto con su cuerpo, no comprende, no reconoce sus señales, entonces puede confundir las necesidades. Por ejemplo, en realidad tiene sed, pero confunde su sed con hambre. O tiene frío, estás incómodo, pero cree que necesita comer.

También es posible que le falte energía por la actividad física y que el cuerpo esté tratando de obtener más energía de los alimentos.

Razón #6: Se encuentra sobrecargado/a.

Con trabajo, emociones y procesos. Hablando metafóricamente: tiene demasiadas pestañas abiertas.

Su cerebro se cansa, su mente se cansa, el equilibrio entre entrada y salida se rompe, el sistema nervioso está sobrecargado y es increíblemente difícil relajarse y conciliar el sueño en tales circunstancias. La forma más rápida y fácil de resolver el problema es comer.

¿Se imagina cuántas cosas no relacionadas con el hambre real pueden esconderse detrás de sus bocadillos nocturnos?

Y ahora imagine lo que sucederá si comienza a lidiar con este problema solo usando el método del puño de hierro. La causa no desaparecerá; por algún tiempo lo manejará a través de la disciplina, pero al final se encontrará cometiendo errores una y otra vez. Por eso es sumamente importante trabajar no sobre el síntoma, sino sobre las cosas que hay detrás.


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