Autosuficiencia interna

La autosuficiencia interna son los muros de carga de nuestro hogar interior. Si faltan o son débiles, la casa no puede sostenerse. La autosuficiencia interna es la capacidad de confiar en uno mismo y en sus recursos, valores, voluntad, estabilidad emocional, límites bien definidos, fe y cuidado de sí mismo.

Cuando las personas pueden confiar en sí mismas, pueden tomar decisiones de vida basadas en sus valores y deseos: lo que quieren en la vida, con quién desean estar, cuáles son sus metas, etc.

Los muros externos (apoyo externo) también son importantes: estas son las personas en las que puedes confiar, un trabajo estable, recursos financieros y mucho más. Pero si no hay soporte interno, las paredes externas no sostendrán la estructura. Idealmente, las paredes externas e internas deberían reforzarse entre sí.

Cuando las personas se ven a sí mismas como dignas de confianza, siempre pueden confiar en sí mismas. No importa lo que suceda en la vida, no importa las dificultades que encuentren, este apoyo les dará la fuerza y los recursos para hacerles frente.

Estas son las preguntas que te ayudarán a evaluar el estado de tu autosuficiencia interior en este momento:

¿Sabes lo que quieres ver en tu vida?

¿Te permites elegir tu propio camino?

¿Sabes cómo construir tu vida sin sustituir tus deseos por los de otra persona?


¿Valoras tus propios límites y los de otras personas?

¿Puedes aceptar tus elecciones y darte el derecho de cometer errores?

Si dependes de la opinión de otra persona y no escuchas tus propios deseos, significa que no tienes autosuficiencia interna. En este caso, es demasiado fácil reemplazar tu propio sistema de coordenadas con el de otra persona y terminar viviendo una vida que no es la tuya.

La mejor manera de desarrollar la autosuficiencia interna es conocerte a ti mismo. Esto es como hacer un inventario: lo que tienes y lo que no tienes, en qué estado está todo.

Es importante que tengas en cuenta tus fortalezas y debilidades (simplemente no uses palabras generales, descríbelas con precisión), tus valores (¿qué es importante para ti, cuáles son tus prioridades?) y estar en contacto con tus emociones y sentimientos (¿los entiendes, cómo lidias con ellos?).

Este conocimiento no es necesario para la autocrítica, sino para comprender en qué puedes confiar y qué aún debe desarrollarse.

La autosuficiencia interna, como se desprende de su nombre, no puede derivarse del exterior, debe formarse gradualmente en el interior. Necesitas avanzar en pequeños pasos y asegurarte de celebrar tus logros.

¿Tomaste una decisión por ti mismo? ¡Ese es un pequeño paso!

¿Hiciste una elección? Otro paso.

¿Usaste palabras de aliento hacia ti mismo en lugar de criticarte e insultarte? ¡Dos pasos!

Gradualmente, los muros de carga de tu hogar interior se volverán más y más fuertes. ¡Y esto tiene un valor enorme!


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