¿Autocrítica o autoflagelación?

“¡Solo soy autocrítico!” – dice Omar. Después de cada paso en falso (y Omar considera como fallas absolutamente todas las situaciones en las que no estuvo en su mejor momento), se regaña a sí mismo, se llama a sí mismo con diferentes palabras, donde “idiota” es la más suave, y piensa que no merece nada bueno, ya que él es tan inútil…

¿Esto es autocrítica? No. Lo que él hace es una autoflagelación mezclada con perfeccionismo. 

Valerie recuerda regularmente todos sus errores y los examina de cerca bajo la lupa del perfeccionismo. Es decir pensar que ella está por debajo de lo normal en alguna situación, que debería haber respondido de manera diferente, y en esa conversación acalorada, hace cinco años, ¡parecía una tonta!

Valerie también está segura de que ella es autocrítica, aunque, de hecho, ella practica la autoflagelación y la autocondena. Cosas extremadamente inútiles. 

El prefijo es el mismo: AUTO-, ¡pero las acciones son muy diferentes! 

La autocrítica es una habilidad que solo puede tener una persona emocionalmente madura. Eso permite identificar sus errores y analizarlos. Una habilidad valiosa que permite sacar conclusiones, aprender de la experiencia y utilizarla de manera competente en el futuro.

Sin embargo, es fácil no notar cómo la autocrítica se convierte en un látigo con el que una persona se golpea a sí misma con todas sus fuerzas, pero al mismo tiempo no logra analizar su comportamiento.

¿Cómo distinguir la autocrítica adecuada de otras palabras con el mismo prefijo?

1. La autocrítica no es igual a la desvalorización. Se entiende que el acto/comportamiento no es muy bueno, pero la persona no se vuelve mala por ello.

2. La autocrítica no hace que una persona se acorrale, pero le permite analizar y deshacerse de las estrategias que no funcionan en su comportamiento. 


3. La autocrítica permite que notes tus deficiencias y corregirlas. 

Pero está claro que no hay autocrítica si:

… te regañas continuamente por todo, culpas y notas únicamente el inconveniente;

… te creas apodos o usas adjetivos negativos para nombrarte; 

…no te das la oportunidad de corregirte;

…no sabes cómo aceptar cumplidos, pero aceptas fácil y rápidamente las críticas;

… no notas tus cualidades positivas, únicamente tus carencias molestas.  

En todos estos casos estás cerrando la puerta al autodesarrollo y a la mejora de tu propia calidad de vida. ¡Sería mejor que entiendas esto cuanto antes!

Si constantemente te regañas a ti mismo, entonces tu autoimagen tomará una forma “torcida”. Tu autoestima se volverá cada vez más baja, tu capacidad de tomar decisiones se debilitará y la conexión contigo mismo inevitablemente se perderá. ¿Este es tu objetivo?

Ahora conoces la diferencia entre autocrítica y autoflagelación. Y la información es el primer paso hacia el cambio. Entonces, ¡toma el primer paso!


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