Quiero conducir, pero tengo miedo

Los estudios han demostrado que el 75% de las mujeres se sienten ansiosas y asustadas cuando conducen un automóvil. Si eres una de ellas, tenemos buenas noticias: puedes superar estos sentimientos.

“Quiero”, pero “tengo miedo”, es un signo típico de conflicto interior que siempre representa dos tendencias igualmente fuertes, pero divergentes. Analicemos ambas:

¿Por qué tienes miedo de conducir?

1. Ansiedad

Suele desencadenar los siguientes pensamientos:

○ ¡Pueden pasar tantas cosas malas cuando conduzco!

○ Puedo perder el control y lastimar a alguien.

○ No sé cómo tratar con la policía de tránsito; si me detienen, me quedaré en blanco por completo.

○ No siempre leo bien las señales de tránsito, podría dar un giro equivocado.

○ ¿Qué pasa si choco con otro auto? ¡Es tanto problema y tiempo perdido!

○ Será mejor que no me ponga al volante con este tiempo. No quiero quedarme atascada en el camino.

También puedes sentir ansiedad en el cuerpo. Puede manifestarse como latidos cardíacos rápidos, palmas sudorosas, una necesidad urgente de ir al baño, problemas para respirar o picazón.

2. Miedo

Siempre está dirigido a algo específico de tu experiencia pasada. Por ejemplo, hace un tiempo fuiste testigo o fuiste víctima de un accidente de tráfico y ahora tienes miedo de ponerte al volante.

3. Estereotipos, creencias y mentalidades

Implican creer en algo que realmente no has probado en la vida real. Pueden surgir como efecto secundario de una experiencia de vida particular (a menudo la experiencia de otra persona), y los percibes como verdaderos, aunque su validez es bastante cuestionable.

Por ejemplo:

○ No tengo la edad adecuada para conducir, soy demasiado mayor para eso.

○ Una mujer es más impulsiva que un hombre, no debería conducir.

○ Conducir no es lo mío. No quiero ser otra “Dora tonta” en el camino.

○ No respetan a las mujeres conductoras. ¿Por qué debo competir con los hombres en el camino?

○ Todas las mujeres son malas conductoras.

¿Por qué quieres conducir?

Puedes agregar tu motivación personal a esta lista.

1. Libertad de circulación. Hay muchos lugares donde es más fácil, más conveniente y más rápido llegar en automóvil. Y cuando sabes conducir, no dependes de nadie.


2. Estatus. Para algunas personas, la habilidad de conducir abre oportunidades de carrera y facilita la promoción. Conducir ayuda a mantener tu estatus y caracteriza el crecimiento personal y profesional.

3. Una zona antiestrés adicional. En cuanto puedas relajarte al volante, el coche se convertirá en tu espacio de meditación dinámica. Muchas personas ven la conducción como una forma de aliviar el estrés, recargar y tomar un descanso.

4. Cumplimiento de deseos. A veces, la ausencia de un automóvil y/o la falta de voluntad para conducir te impiden vivir la vida que deseas. Tal vez has estado soñando con mudarte al campo o viajar por toda Europa.

Ahora ya sabes que puedes encontrar motivación para conducir en muchas ideas diferentes.

“Quiero” y “Tengo miedo” siempre estarán enfrentados. Por lo tanto, debes minimizar la actitud de fracaso (miedos, ansiedades, estereotipos, mentalidades, todo lo que grita “Tengo miedo” en tu cabeza) y maximizar su motivación para conducir con calma y confianza.


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