“Vergüenza ajena”

¿Alguna vez has notado este fenómeno? No has hecho nada malo, pero sientes mucha vergüenza por un amigo que se emborrachó en la fiesta y empezó a bailar sin remera, o por un colega que fue grosero con un cliente, o, quizás por un extraño que trabaja en el mismo campo que tú y que se muestra completamente incompetente. En otras palabras, alguien más está haciendo cosas malas, pero eres tú quien siente vergüenza.

Este fenómeno se conoce como “Vergüenza ajena” ya que inicialmente fue investigado por psicoterapeutas españoles.  

La vergüenza empática, otra forma de llamarla, puede surgir por varias razones. Estas son las más comunes:  

• Sensibilidad alta y empatía desarrollada

Las personas empáticas tienden a experimentar los sentimientos de la otra persona como propios. No es de extrañar que cuando observan una situación incómoda se sientan dentro de ella y sientan vergüenza “en lugar de” alguien o “junto” con alguien.

• Sentido elevado de la “adecuación” y responsabilidad elevada

Si una persona tiene estándares morales muy elevados, no se perdona los errores y no se permite “relajarse”, entonces evalúa las acciones de los demás de manera mucho más estricta. Estas cualidades provocan un sentimiento de vergüenza por los demás, incluso en los casos en que no está muy claro para estos otros de qué, en realidad, deberían avergonzarse.

Valentino no se permite trabajar en traje ni zapatos que no estén perfectamente limpios. Y cuando ve a un colega con una camiseta arrugada, siente una vergüenza incomprensible por el otro. Las personas lo están observando, ¿cómo puede ser que vista así?  

• Tendencia a controlar a otras personas

No podemos regular el comportamiento de otras personas, está fuera de nuestro control. Sin embargo, a veces es difícil aceptar este hecho. Y luego las acciones de los demás se perciben como tus propios defectos y descuidos, de los que, por supuesto, te avergüenzas.

• No aceptarte, el miedo a estar en una posición ridícula 

En este caso, los errores de las otras personas se perciben de forma dolorosa porque es fácil imaginarte en su lugar. 

Annie se siente avergonzada cuando su marido cuenta chistes sucios o comete errores en el habla. Siente que se vuelve una especie de analfabeto y de persona de mente cerrada cada vez que esto sucede …

• Miedo al rechazo

Nosotros, los humanos, somos seres sociales. Y a nivel inconsciente, tenemos miedos a ser rechazados por la sociedad. Es por eso que podemos tomarnos como propios los errores de nuestros conocidos, porque nos “representan”.


• Ansiedad social elevada y baja autoestima

Si una persona se valora poco a sí misma y se preocupa constantemente por lo que los demás pensarán de ella, verá señales de que algo anda mal, incluso cuando no es así en absoluto. Estas personas pueden sentir vergüenza casi siempre.

A Faye siempre le parece que las personas que la rodean son muy despreocupadas y frívolas. Experimenta una tensión crónica, tratando de evitar que las cosas salgan mal en cada situación, o al menos de suavizarlas. El “hola” de un colega al jefe no fue lo suficientemente amistoso (como le parece a Faye): Faye le sonríe al jefe con más calidez para compensar. Su hija adolescente reprogramó su clase de italiano: Faye llama a la maestra para disculparse una vez más…

• Pertenecer a un grupo específico (nacional, profesional, de género, etc.)

Escuchas cómo un representante de tu profesión dice tonterías absolutas, sientes vergüenza: también soy médico (psicólogo, maestro, ingeniero). O, en TikTok, te encuentras con un video sobre una rubia que no pudo encontrar un tanque de gasolina en su automóvil: tus orejas se ponen rojas. ¡Qué si piensan lo mismo de mí!

¿Qué hacer si el sentimiento de vergüenza por los otros está dentro tuyo casi todo el tiempo, y quieres deshacerte de eso?  

1. Analiza las causas de su aparición: ¿en qué situaciones te sientes avergonzado/a, qué desencadena este sentimiento? 

2. Recuérdate que eres un individuo y no puedes responsabilizarte por las acciones de los demás, aunque sean cercanos a ti. 

3. Aprende a enfocarte en ti, y no en los demás en el momento de la vergüenza: es decir, correr el foco a tus propios sentimientos y emociones. Para hacerlo, es muy útil ubicarte en tiempo y espacio, sentir el suelo en tus pues, volver al presente.  

4. Trabaja en tu autoimagen, piensa en las características débiles que tengas. Como tu autoestima, tu ansiedad, el control, el perfeccionismo, etc.  

5. Piensa en alguna frase que te ayude a “volver a ti”: yo soy yo; ellos son ellos.  

6. Experimenta el sentimiento de vergüenza sin escapar de ella. No te tomará más de un minute. Nombra el sentimiento que te haya abrumado. Exhala. Déjalo ir. 

Lentamente el sentimiento de culpa se volverá más débil y comenzará a visitarte mucho menos a menudo.


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