Quiero entenderme. ¿Por dónde comienzo?

“Quiero entenderme” es uno de los pedidos más frecuentes y vagos que los psicólogos oyen en sus consultorios. Generalmente, esto quiere decir que el paciente está confundido y no se comprende muy bien a sí mismo. El paciente siente una incomodidad fuerte y creciente dentro suyo (si sintiera una incomodidad débil no iría al psicólogo) y, al mismo tiempo, hay muy pocos puntos de referencia – qué está mal, y qué debe ser analizado exactamente. 

Y comenzamos a refinar, achicando el circulo gradualmente. Es como cuando en una cita con el doctor, este le pregunta al paciente: ¿Dónde te duele? ¿Hace cuánto te sucede esto? ¿El dolor es agudo o suave? Ese es el proceso de diagnóstico. ¿Y cómo podrías diagnosticar sin hacer estas preguntas?

Alesha visitó un psicólogo con la siguiente solicitud – “Cómo comprenderme a mí mismo”. Y comenzamos a averiguarlo. Lo primero que hay que aclarar es qué sucede en la vida del paciente en general – cómo vive, qué llena su vida, quién está presente en su círculo más íntimo, y qué prioridades tiene en la actualidad. 

Alesha tiene 32 años. Tiene un buen trabajo – es arquitecta. Es respetada en su trabajo, y todo está bien en esa área de su trabajo. No está casada, pero está saliendo con un hombre. Están juntos hace dos años. Parece estar todo bien en ese aspecto de su vida. Pero Alesha se queja de que ella no se entiende. Todo está bien, pero no se siente feliz: suele sentir tristeza y apatía… No puede descifrar qué es.

Seguimos explorando la vida de Alesha. Todo está bien, pero hay tristeza.  Aparece de repente, como una mosca en una copa. Comenzamos a explorar el área de sus deseos y necesidades.  

¿Qué quiere ella? ¿Qué falta en su vida? De pasada, Alesha dice que Paul, a quien ella ama, no quiere tener hijos. Jamás. Esta es su posición. como respuesta a la pregunta de si ella, Alesha, quiere tener hijos, luego de dudar dice que lo principal es el amor, y eso es lo que hay entre ella y Paul. El resto es opcional. 


Sentimos la zona de tensión de forma inmediata: hay una discrepancia entre el deseo y la realidad. En algún punto Alesha se está engañando a sí misma, intentando ser feliz, e ignorando algo que es realmente importante. 

Durante lo que siguió de la conversación, pudimos concretar que Alesha siempre había querido tener hijos. Pero ella cree que eso significaría separarse de Paul. Es por eso que suprimió ese deseo, y se dijo a sí misma que “está bien no querer hijos”. Este mecanismo de defensa se conoce como racionalización. Es este mecanismo el que utiliza para convencerse de que no quiere algo que en realidad desea. Es por eso que se produce la apatía y la tristeza. Y si las ignoras, la vida comienza a sentirse como andar en coche por arena movediza. 

Si quieres comprenderte, y estás listo para todo lo que puedas llegar a descubrir:

1. Comienza con tu historia: qué y a quién tienes en tu vida actualmente: qué es importante y qué no lo es.

2. Aclara la zona de deseos y de necesidades: qué quieres y con qué sueñas. 

3. Evalúa qué tienes disponible, qué no lo está, y qué no estás planificando.  

4. Piensa cómo puedes introducir lo que falta en tu vida. 

Cuando sea complejo “entenderte” – casi siempre significa sentir tensión en la zona de sentimientos, deseos y necesidades. Esta área suele verse protegida por densas psicológicas, pero es posible explorarla A veces necesitarás ayuda profesional.


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