Límites en las relaciones

Hoy en día, todo el mundo habla de los límites. Y es bueno que empecemos a entender lo que es.

Recientemente, uno de nuestros lectores nos preguntó en Instagram: “¿Realmente necesito límites en una relación con mi pareja? Nos amamos, ¿por qué necesitamos límites?”

Identifiquemos primero los casos que definitivamente representan violaciones de los límites en una pareja (mira si sucede en tu relación):

– Críticas sin haberlas pedido.

– Utilizar la manipulación para conseguir algo.

– Controlar a tu pareja de cualquier manera (revisando su teléfono o sus bolsillos, entrando en sus cuentas de redes sociales, etc.)

– Forzar a tu pareja repetidamente a hacer algo que no quiere o que le produce malestar (“Tenemos que visitar a mi madre cada semana – ¡ella está acostumbrada!”)

– Negarse a dialogar, hablar en forma de ultimátum (“No hay viaje a Europa, nos vamos a México. Punto”)

– Creer que “todo debe ser común”. No aceptar que tu pareja tenga sus intereses personales.

– Impedir que tu pareja se comunique con otras personas, independientemente de su sexo. (“¿Qué? ¿Debo permitirle hablar con otras mujeres? ¿Y si…?”).

– Incluir a otras personas en tu vida personal (hablar de tu pareja con amigos, padres, colegas, etc.).

Así que, ¿cómo deberías crear límites en tu relación, por qué los necesitas, y qué hacer si tú y tu pareja tienen diferentes puntos de vista sobre el “grosor de las paredes” y la ubicación de estos límites?

El concepto erróneo más común (y más dañino) es “Todo debería ser común”. Todo es común – la cuenta de Facebook, los teléfonos móviles, los amigos: ¡no nos ocultamos nada!

Cuando todo es común significa que la pareja se ha “fundido” en una sola: no han descubierto dónde acaba el “yo” y empieza la otra persona. Actúan como un todo.

Pero, en realidad, el hecho de que los miembros de la pareja tengan una cuenta común de Facebook y quieran controlar las interacciones sociales del otro señala ciertos problemas en su relación. Bajo la etiqueta “no tenemos nada que ocultar”, los miembros de la pareja ocultan temores, ansiedades y desconfianza.

Es una paradoja – la apertura total significa falta de confianza.

La conocida noción de que las parejas son dos mitades de un todo es realmente extraña. ¿Es realmente posible tener las mismas necesidades y deseos?  Cuando las personas reconocen que son diferentes y deciden permanecer juntas –  es el primer paso para construir una relación adulta. Todos necesitamos a otra persona con la que construir una relación sana, no un reflejo de nosotros mismos.

¿Qué sucede si uno de los miembros de la pareja construye los límites de tal manera que a su pareja le parecen un muro de dos metros?

Al principio, puede ser percibido como un rechazo. En este caso, debes analizar – ¿qué está pasando aquí? Si quieres acercarte demasiado, es posible que tu pareja quiera alejarse – para tener un poco de “espacio para respirar”. En este caso, tiene sentido hablar de tus sentimientos con tu pareja: si te sientes cómodo o cómoda. Si no es así – ¿por qué no? Comparte tus sentimientos y escucha sus comentarios.

Si tú o tu pareja necesitan estar solos de vez en cuando – no es motivo para preocuparse y empezar a hacer las maletas. Es una necesidad humana normal. Pero si tu angustiada pareja intenta ocupar cada vez más territorio (empieza a ir a “tu” gimnasio, a pasar tiempo con tus amigos, a no dejarte nunca solo), puede que empieces a querer alejarte.

Los límites se violan cuando uno de los miembros de la pareja se excede en sus cuidados como si la otra persona fuera incapaz: “¿Debo calentar la sopa?”, “¡Ponte una bufanda!”, “No te olvides de tomar la pastilla”, “Dime lo que piensas – me estoy preocupando”.

Nuestro espacio personal no sólo se encuentra en el “mundo material”, sino también en nuestros espacios internos: en los ámbitos espiritual y mental. Y esto es normal.

¿Cómo puedes empezar a establecer límites saludables si no los tenías antes?

– Averigua y define claramente lo que es aceptable para ti y lo que no lo es. Debes aplicar estas normas de forma sistemática, no sólo ocasionalmente – de lo contrario, parecerá que es un capricho.

– No hagas a tu pareja cosas que sean inaceptables para ti.

– Si antes no tenías límites, al principio tu pareja puede reaccionar negativamente a las nuevas normas. Tienes que estar preparado para ello.

Tener límites en una pareja es necesario. Permiten que cada persona siga creciendo, que no se obsesione con el otro, que viva una vida más plena y que siga interesándose por el otro durante mucho tiempo.

Si notas que necesitas fusionarte con tu pareja, lo primero que debes hacer es comprobar si estás en contacto con tus sentimientos. ¿Los entiendes? ¿Eres consciente de ellos? ¿Estás dispuesto a aceptar los sentimientos que pueden parecerte desagradables?



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