Una guía paso a paso para aquellos que quieren ofrecer su ayuda. Parte 1
Las personas que queremos y a las que somos cercanas pueden tener distintos problemas. A veces, la persona se niega a tratarlo, aunque el problema resulte obvio para nosotros.
La mayor parte de este tipo de situaciones hace referencia a diversas dependencias, como por ejemplo la adicción al alcohol, a las drogas, al juego, al trabajo, etc.
Sí, sabemos que no somos responsables por la vida y las decisiones de otra persona. Pero ¿cómo podemos dejarlos solos con su problema? Queremos hacer lo que sea que esté a nuestro alcance para sacarlos de la trampa.
Además, de acuerdo con las investigaciones, si hablas con una persona de la forma correcta, ¡la posibilidad de que comiencen a escucharte y comiencen a resolver sus problemas aumenta un 85%!
Hemos creado una guía que te ayudará a crear una conversación correcta con la persona que quieres, que esté atravesando un problema de dependencia. Esta guía está compuesta de 4 partes. Primero aprenderás sobre cosas importantes que te ayudarán a entender los comportamientos dependientes. Luego, te brindaremos recomendaciones concretas sobre cómo crear un diálogo.
Lo primero que queremos estudiar es cómo funciona una personalidad adicta. Es muy distinto a cómo se comporta una persona saludable.
La adicción es una necesidad obsesiva, un deseo irresistible que hace que una persona actúe de determinada forma.
Hay rasgos de personalidad que preparan el escenario para una amplia variedad de adicciones. Muchas veces, entre los rasgos de las personas con adicciones, podemos ver los siguientes:
- infantilismo, la imposibilidad de hacerse responsable de la vida y las acciones propias.
- un nivel bajo de adaptabilidad a las dificultades diarias, una tendencia a “rendirse” en situaciones complejas.
- dependencia a las opiniones ajenas;
- tendencia a tener comportamientos riesgosos, buscar la adrenalina.
- una dicotomía de pensamiento (“¡todo o nada!”)
- dificultades con el autocontrol.
- la imposibilidad y la falta de voluntad de cuidarse.
- transferir la responsabilidad del propio éxito o fracaso a otros: el destino, los seres queridos, el gobierno.
Hemos listado los rasgos y las características. ¿Qué sigue?
Gradualmente, bajo la influencia de la dependencia, una persona parece “dividirse en dos”. Hay una parte sana de la personalidad, que poco a poco se hace más pequeña y cede su posición. Y hay una parte adictiva que va tomando fuerza. Existe una competencia feroz entre ambas partes.
Externamente, este conflicto interno se manifiesta muy claramente. Notarás que la persona:
● Manipula a otros, solo para obtener una dosis de su “felicidad” – para comprar algo, crear una apuesta, tomar un trago, etc. A veces es consciente, otras no.
“Si no me hubieras presionado de esa forma, no estaría tomando. Si me hubieras amado, no estaría enojado”. “Sí, claro que tengo que comprarme cosas nuevas… si tú no lo haces por mí”.
● La persona comienza a cambiar y a manipular los hechos. Es difícil confiar en una persona dependiente porque su pasión siempre es mayor que el deseo de cumplir con su palabra. Es por eso que es inútil apelas a su conciencia – cuando hay deseo, esto no funcionará. Y luego – aunque la persona se arrepienta – nada cambiará.
● La persona culpará a las circunstancias y a otras personas por lo que está mal en su vida. “Tomo alcohol porque mi jefe es un idiota”, “Mis padres siempre me comparaban con mi hermano. Habría alcanzado grandes cosas en la vida si no hubieran arruinado mi autoestima”.
● Dejan de prestarle atención a todos menos a ellos mismos. “¿Cuál es el problema? Me olvidé de buscarte luego del trabajo… ¿Por qué siempre exageras todo?”.
● Pierden sus valores previos y su moral personal. “¿Cuál es el problema si esto es algo que yo no hubiera hecho antes? – todos cambian”. “¡El deporte ya no me interesa. Ya me cansé de nadar”.
● Pueden aislarse de la Sociedad, de su familia, de sus seres queridos.
● Se vuelven irritables y susceptibles. Tienen picos de rabia, irascibilidad, y comportamientos impulsivos.
El adicto intentará esconder su problema de todos los demás, pero también de él, de cualquier forma posible – es más “fácil” y “seguro” de esta forma.
Cuando intentas hablar con una persona adicta, lo primero que notarás es una Resistencia fuerte de su parte.
Veamos qué tipo de mecanismos de defense son los que se activan.
Negación. Este es el mecanismo de defense psicológico más utilizado por aquellas personas con serios problemas en su vida. “¡Deja de inventar problemas! Puedo dejar esto en cualquier momento, ¡no tienes por qué preocuparte!”, “Todos mis amigos toman, y los tuyos también!”, “¿Qué estás intentando decirme? ¿Que no tengo autocontrol?”.
Evasión. “Escucha, hablemos de otra cosa, no quiero pelear”, “¿Si mejor miramos una película?”.
Racionalización. “¡Solo me emborraché porque tenía un dolor de muela!”.
Agresión defensiva y bravuconería. “Puedo renunciar en cualquier momento, ¡me humillas con tus conversaciones!”, “¿Tengo que informar cómo gasto cada centavo?”
Intelectualización. “Los científicos británicos han demostrado que el alcohol en dosis razonables puede promover la salud cardíaca – ¿o no lees los diarios?”. “La adicción no es blanco o negro. ¿Crees que no eres adicto? ¿Y tu adicción al trabajo?”.
Si te das cuenta de lo que está pasando, puedes decirle al adicto en ese mismo momento: “Te estás defendiendo, pero no tienes que hacerlo”, “Intentemos admitir que esto es realmente un problema”. A veces puede llevar la conversación a otro nivel.
Para que la conversación sea lo más eficiente posible, debes tratar de tener en cuenta todo lo que escribimos anteriormente: el conflicto interno del adicto, las formas en que se esconde y se protege de la realidad, y las razones psicológicas de estos “escondites”.
Esto es todo por hoy. Mañana hablaremos acerca de cómo apoyar correctamente a una persona dependiente, y cómo intentar motivarla para resolver su problema de adicción.
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