Experiencia personal de una chica que ha tenido mala suerte en el amor…
¡Hola! Mi nombre es Emma, y estoy a punto de contarles cómo conocí a mi amor.
Durante bastante tiempo me consideré desafortunada.
Parecía que el destino no era bueno conmigo y enviaba a cualquiera en mi camino.
Pero luego decidí que era lo suficientemente mayor e independiente para no depender de la misericordia de Dios, y que podía asumir la responsabilidad de MI PROPIA felicidad en MIS PROPIAS manos.
Para empezar, me tomé un descanso y lo pensé en profundidad: “¿Qué es exactamente lo que busco en una pareja? ¿Qué quiero obtener de una relación? ¿Por qué lo necesito?
Está bien, no estaba pensando sola, sino que, con mi terapeuta, no ocultaré eso.
Hablamos mucho sobre cómo me quiero sentir en una relación, qué es importante para mí en una persona, qué valores y principios.
Investigamos cómo elijo a los hombres (y obtuvimos algunas revelaciones interesantes).
También discutimos los cambios que ocurrirán en mi vida si entro en una relación realmente significativa, y aquí también surgieron todo tipo de cosas divertidas.
Usé aplicaciones de citas.
Pero decidí no convertir esto en una fijación, me puse un límite de tiempo para dedicarme a la búsqueda del amor y tomé descansos regularmente.
Les dije abiertamente a mis amigos que estaba buscando una relación.
Después de todo, nunca sabes dónde y cómo te encuentras con el indicado, pero está en nuestras manos aumentar las probabilidades.
Asistí a eventos que encontré emocionantes y visité lugares relacionados con mi mundo interior.
A medida que mi solicitud consciente de una relación tomaba forma y el desorden interno se aclaraba, noté que estaba cambiando y que la respuesta de los demás hacia mí también estaba cambiando.
Conocí a diferentes personas, conversé y observé cómo me sentía interactuando con cada una de ellas. Me dije a mí misma “que no exagerara” con la comunicación, para no quemarme.
Me acerqué a las citas con curiosidad.
Cada persona es única, y si consideramos conocerlos como una oportunidad para aprender algo nuevo, se vuelve mucho más fácil.
Traté de hacerles preguntas para comprender qué tanto “vamos en la misma dirección”, si nuestros valores y puntos de vista sobre la vida coinciden. Escuché atentamente y sopesé.
Un criterio importante para mí era cuánto coincidían las acciones de la persona con sus palabras. Entonces, presté atención al comportamiento de la persona, a las historias que contaba sobre su vida.
Después de cada cita, registraba mis pensamientos y sentimientos.
¿Cómo me sentí interactuando con esta persona?
¿Estaba tensa, constreñida, nerviosa, incómoda?
¿O fue tranquila, libre, relajada y segura?
¿Estoy interesada en esta persona independientemente de si estoy buscando una relación o no?
En general, me lo estaba pasando muy bien durante mi “búsqueda”.
Y, un día, en una de las fiestas de amigos, conocí al hombre con el que ahora estoy en una relación.
Tenemos valores comunes, prioridades comunes, y me siento cálida y tranquila a su alrededor.
Y eso es exactamente lo que quería.
Como bien dicen: busca y encontrarás 🙂
Ayúdanos a crecer en Instagram 👇
