Ay, este mundo emocional dentro nuestro – ¡cómo muchas personas luchan con sus emociones y sentimientos en general!
“¿Qué sentimientos? ¡Soy una persona racional!” – exclamó Irini.
“Me estoy ahogando en mis emociones. ¡No puedo hacer nada al respecto!” – dice Alesha.
“Intento no prestarle atención a mis emociones – sigo adelante. Las cosas se resolverán por sí mismas”. – declara Kyle.
“Pero vivo de acuerdo a lo que dice mi corazón. Sigo mis sentimientos – ¡no me decepcionarán!” – esta es Darlene, la romántica.
De hecho, las personas utilizan aún más enfoques cuando se enfrentan a sus sentimientos. Pueden evitarlos, adorarlos, reprimirlos, ignorarlos, esconderlos y exhibirlos frente a todo el mundo: ¡las posibilidades son infinitas! Pero no todos los métodos conducen a un buen resultado.
El mundo emocional requiere nuestra atención y debe ser respetado. Al mismo tiempo, no puedes dejar todo a merced de las emociones. Es inseguro. Y fingir que no están allí, tampoco funcionará. Las emociones se vengarán en el momento más inesperado.
Debes manejar y regular tus emociones, y comprender los mecanismos de su nacimiento y desarrollo. Entonces todo funcionará.
El algoritmo por regular emociones funciona de esta forma:
1. Comprender exactamente cómo te sientes.
Experimentamos emociones todo el tiempo. Si te parece que en algún momento no sientes nada, estás equivocado. Diferenciar las emociones no es tan fácil. Si no tiene esta habilidad, debes perfeccionarla.
Esta es la rueda de emociones de Robert Plutchik. Presenta un espectro complete de sentimientos y emociones. Sería extremadamente útil conocerla y recordarla cuando estés experimentando un sentimiento.
2. Nombra la emoción que estés experimentando.
Cuando decimos qué es lo que estamos sintiendo – utilizando palabras y diciéndolo en voz alta, o por escrito – el nivel de estrés baja. Y se vuelve más fácil manejarlo.
3. Intentar aceptar las emociones sin juzgarlas es difícil. Especialmente al tener en cuenta que durante la niñez, a muchos de nosotros nos enseñaron que hay sentimientos “correctos” y “erróneos”.
4. Intenta analizar el sentimiento cuando surja, para entender de dónde proviene, cómo se desarrolla, crece, o disminuye.
5. Se un observador: observa la emoción como si la estuvieses analizando desde afuera: me siento enojado, pero eso no significa que sea una persona que está enojada. No eres tu emoción.
6. Intenta controlar tu emoción. Imagina una pantalla de televisión y una perilla de control de brillo: intenta disminuir o aumentar el brillo (intensidad) de la emoción. Se necesita práctica.
7. Encuentra las causas del surgimiento de esta emoción: para hacerlo, es necesario encontrar (recordar) el pensamiento que lo haya iniciado. La emoción siempre sigue al pensamiento, y no viceversa. Es el pensamiento lo que inicia la emoción, y la emoción desencadena la reacción.
Si te sientes herido/a, por ejemplo, esto no surgió de la nada, sino que comenzó hace una hora. Estabas hablando con una amiga, y ella te dijo que estaba en un concierto viendo a tu artista favorito. El primer pensamiento que se te vino a la cabeza: no me invitó a ir con ella.
8. Ajusta la emoción que notes:
– a partir de la transformación del pensamiento: no me invitó, no necesariamente porque no quiera, quizá tenía una sola entrada. Además, nunca dije que me gustaba este artista – quizá no sabe que me hubiera gustado ir. Para este momento, el resentimiento podrá disminuir o convertirse en otra emoción, como el arrepentimiento.
– a través del cuerpo (respire, baila, etc.). Lo más importante es no quedarte con nada dentro, sino “liberarlo”.
No es fácil regular tus estados emocionales, especialmente si no tienes la habilidad para hacerlo. Pero las habilidades se forman al practicarlas. Pueden ser aprendidas.
En nuestro curso “Mind cleaning” te ayudamos a aprender esta habilidad, enseñándote a conocer tus emociones y consolidando el conocimiento con ejercicios prácticos.
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