No todo en nuestras vidas sucede de la forma que queremos. O podemos decir que las cosas muchas veces no suceden exactamente como queremos. Sin embargo, aceptar la realidad es uno de los prerrequisitos más importantes para disfrutar de la vida.
Hay una regla conocida para ser infeliz: “No valorar aquello que tienes, pero sí aquello que no tienes”. Si utilizas esta regla, se garantiza estar decepcionado de la vida. Pero nuestro objetivo es justamente el opuesto, ¿cierto?
Entonces, ¿qué implica la frase “No puedo aceptar”? ¿Qué implica, en general, “aceptar”?
Si algo no sucede de la forma que queremos, la primera emoción que sentimos suele ser molestia. ¿Cómo puede ser así? ¡Hemos planificado todo! Puede que siga la ansiedad y el enojo. Puedes estar enojado con las circunstancias, contigo mismo, con el clima, con tu pareja, tus hijos, etc. Y puedes preocuparte, ¿qué sucede entonces? ¡Parece que todo se vuelve caótico!
Ibas a comer una parrillada con tus amigos, y de repente comenzó a llover. Tienes que cancelar tus planes.
Decides hacer una cena increíble. Por ejemplo, bife con salsa de ciruela. Le anuncias tus planes a tu familia, y compras la carne. Vas a la verdulería a comprar ciruelas, pero… no venden en ese lugar.
Has estado ahorrando para comprarte un vestido hermoso. ¡Finalmente tienes la cantidad de dinero suficiente! Vas a la tienda y no hay más stock del vestido que querías comprarte.
¡Mañana es sábado, y es tu día libre! Has estado esperando esto durante una semana, contando los días desde el martes. Llega el martes a la noche, y tu jefe te pide que vayas a la oficina al día siguiente.
Te ves casada con una persona específica, pero él sigue sugiriendo que sean “solo amigos”.
Cuanto más nos resistimos a la realidad, más recursos gastamos en algo que no podemos cambiar. ¿Qué es la resistencia? Algo muy simple: cuando escoges “sufrir” en lugar de “aceptar”.
Este es el instructivo sobre cómo “sufrir” porque las cosas no han salido como esperabas:
○ Estar molesto por un largo tiempo porque las cosas no han salido como esperabas. Llora. Mira por la ventana con una mirada Perdida. Mira a tu pareja reprochándola. Niégate a recibir cualquier opinión de otras personas, porque no importan: “no es lo mismo …”. Sigue con tu vida de malhumor: “¿Por qué molestarme ahora?”.
○ Quéjate acerca de lo injusta que es la vida.
○ Exclama teatralmente: “¡Siempre me sucede lo mismo” y “¿Por qué a mí de nuevo?”.
○ Pensar y repetir frases como “Si no hubiera tomado helado anteayer, no me hubiera enfermedad y podría ir al teatro”; “Si hubieras hecho las cosas con anticipación, hubieras leído los foros y obtenido boletos antes, como te dije, ¡ahora estaríamos en un hotel diferente!”.
○ Intenta pensar cómo pudo haber sucedido algo así: “¿Cómo puede ser que no haya ciruelas? ¿Ni una? ¡Pero ayer tenían! ¿Por qué no encargan ciruelas? ¿Podrías fijarte en el depósito del fondo, y ver si tienes?”.
○ Demuestra enfáticamente que “¡Ahora todo está perdido!”.
A partir de cualquiera de esas acciones, aumentamos nuestra decepción, y nos perdemos de cualquier oportunidad de encontrar armonía y paz en las nuevas condiciones. Y en la mayoría de los casos, ¡es muy posible!
Hay un error muy común sobre la aceptación, que sugiere que aceptar significa que algo “debería gustarte”. ¡Pero uno no es igual al otro! Sí, no te gusta nada que una enfermedad haya interrumpido tus planes, ni que la persona que te gusta no haya desarrollado sentimientos por ti. Pero no puedes cambiar nada de eso. Es importante que te expliques a ti mismo que aunque esto no tea grade, así son las cosas. Y debes aceptarlo como un hecho consumado.
¿Por qué es necesario aprender a “aceptar”? Porque, hasta que uno no lo haga, la persona permanece en una realidad distorsionada, y no puede avanzar.
Tabitha estuvo saliendo con Ali durante seis meses, y pensaba en casarse y en tener dos hijos. Pero las cosas resultaron de otra forma. Ali admitió que amaba a otra persona, y se fue. Paso casi un año, pero Tabitha sigue esperándolo. Ella no sale con nadie, no habla con sus amigos, dice que “no quiere aceptarlo”. Pero la realidad no cambiará por esto, y la vida de Tabitha sigue pausada. Y ya podría haberle sucedido algo increíble.
La fórmula es: aceptación – conciencia – liberación. Acepto el hecho de que esto haya sucedido (porque cómo no aceptarlo). Y acepto mis pensamientos y sentimientos asociados a lo sucedido (estoy dolida, triste, asustada y ansiosa). Esta es mi realidad, y no voy a esconderme de ella, aunque no me guste.
Fritz Perls tiene una gran frase: no empujes el río porque este fluye por sí mismo. No aceptar la realidad es como empujar un río. Es una tarea inútil que consume toda la energía. Pero es necesario seguir adelante, ¿cierto?
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