3 técnicas para tomar decisiones

Muy a menudo es difícil para la gente hacer una elección final. No puedes decidirte – ¿debes comprarte un vestido rojo o uno amarillo? ¿Debes ir a la fiesta del trabajo o no ir? En la cafetería, ¿debes pedir un croissant de chocolate o una tarta de queso con fresas? ¿O tal vez una mousse de mango baja en calorías?

Es aún más difícil decidir sobre los acontecimientos importantes de la vida. ¿Debes casarte? ¿Debes solicitar una plaza en una facultad de medicina o de derecho? ¿Debes divorciarte o darle otra oportunidad a tu relación?

Pero ¡debes decidirte! Y es estupendo que haya técnicas que puedan ayudarte,

Técnica 1: Basada en los sentimientos.

Cuándo aplicar esta técnica: cuando llevas mucho tiempo contemplando esta elección, hay unas cuantas opciones muy obvias y las has analizado a fondo, pero aún no puedes decidirte.

– Escribe todos los resultados posibles de esta situación.

– Concéntrate en el primero. Imagina con todo detalle que este resultado se hace realidad. Vívelo en tu imaginación.

– Observa tus sensaciones corporales. ¿Qué sientes? ¿Son estas sensaciones agradables -te dan más energía, plenitud, calma, ligereza, etc.? ¿O son desagradables – un nudo en el estómago, tensión, limitación, fluctuaciones de temperatura en el cuerpo, etc.? ¿O son neutrales, sin ninguna sensación en particular?

– Observa tus emociones. ¿Qué sientes? ¿Es algo positivo – alegría, emoción, satisfacción, etc.? ¿O algo negativo: depresión, repulsión, irritación, etc.? ¿O algo neutro: calma, aceptación, equilibrio, etc.?

– Cuando experimentas estos sentimientos y emociones, ¿qué pensamiento te viene a la mente?

El pensamiento que te llega te ayuda a entender si es un buen resultado para ti o no.

Haz este ejercicio para cada una de las opciones que has anotado. Elige aquella a la que tu cuerpo y tus emociones reaccionen más positivamente.

Técnica 2: Consecuencias

Cuándo utilizar esta técnica: cuando hay que tomar una decisión basada en sus resultados.

Cuando hablamos de consecuencias, nos referimos a ciertas opciones que pueden realizarse o no dependiendo de la decisión que tomes.

Paso 1. Imagina que has tomado una decisión.

Paso 2. Piensa en lo que te aportará esta decisión.

Paso 3. Responde a las cinco preguntas de “Sí o No” que aparecen a continuación para realizar esta evaluación.

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1. Nuevas habilidades.

a. Como resultado de tu elección, ¿tendrás la oportunidad de mostrar tus talentos únicos?

b. ¿Serán necesarios tus rasgos y habilidades?

2. Recompensas

a. ¿Obtendrás algún beneficio?

b. ¿Serán estos beneficios importantes y valiosos para ti?

3. Superación personal

a. ¿Tu elección te permitirá crecer más como persona?

b. ¿Podrás aprender nuevas y valiosas habilidades?

4. Reconocimiento

a. ¿Tu elección será útil para alguien?

b. ¿Podrás ayudar a otros?

c. ¿Te apreciará más la gente?

5. Resultados

a. ¿Esta elección te llevará a tu destino final?

b. ¿Te abrirá nuevas oportunidades en el futuro?

Si has respondido “Sí” más de 7 veces, tiene sentido elegir esta opción.

Técnica 3: Sincronización.

Cuándo utilizar esta técnica: cuando te resulta difícil decidir porque una parte de ti quiere hacer una elección, y otra parte – otra, y una tercera parte – otra elección. En otras palabras, cuando los deseos contradictorios te separan.

En este caso, sería estupendo averiguar por qué cada parte quiere lo que quiere y tratar de conciliarlas. Entonces, podrás hacer una elección que satisfaga en cierta medida a todas tus partes.

Supongamos que tienes varias opciones: la opción A, la opción B y la opción C (o quizás más). Y no sabes cuál elegir. Haz lo siguiente:

○ Coloca tantas sillas en fila como opciones tengas. Coloca un papel debajo de cada silla con las opciones: A, B, C, etc.

○ Ahora imagina la parte de ti mismo responsable de la opción A y siéntate en la silla correspondiente. En nombre de esta parte, habla de tus intenciones y deseos, comparte tus ideas, da argumentos a favor de tu decisión.

○ Haz lo mismo para la opción B, para la opción C, etc.

○ Ahora colócate frente a las sillas que representan tus partes y haz de cuenta que eres la parte principal de gestión de ti mismo. Ahora depende de ti. Recuerda que tienes que tener en cuenta los intereses de la Parte A, la Parte B y la Parte C a la hora de tomar una decisión. ¿Qué eliges?

○ Tal vez una parte haya sido más convincente que las otras y aceptes su decisión. Pero entonces es importante hacer algo por las partes restantes, cuidarlas de alguna manera. Piensa en lo que puedes hacer por ellas en esta situación.

○ Pero lo más frecuente es que, cuando se escucha atentamente a cada una de las partes, nazca una solución completamente nueva como síntesis de todas las demás. Y éstas son, por supuesto, las mejores soluciones. En este caso, se produce la consolidación de todas las partes, y entonces puedes centrarte en la aplicación de la solución que acaba de surgir.


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