Es un caluroso día de verano.
El sol está ardiendo, el aire se siente denso y pesado.
Te mueres de sed.
La sed te atrae a un puesto de bebidas brillante.
Ves un vaso tentador y sudoroso lleno de gaseosa marrón con hielo.
Lo agarras y empiezas a beber con avidez.
Pero…
No te sientes satisfecho.
Tomas un segundo vaso con la esperanza de que te ayude a humedecer tu garganta seca y con picazón.
Bebes trago tras trago…
Pero la sed no desaparece.
Cuanto más bebes este tentador líquido gaseoso, más fuerte se vuelve tu sed.
Es una tortura.
Te enojas.
Te sientes mal.
Eso es porque no puedes saciar la sed con un refresco dulce.
Necesitas agua para eso.
En realidad, no estamos hablando de bebidas.
Estamos hablando de relaciones.
La gente a menudo trata de satisfacer su sed de amor con una relación que no sirve para nada.
Eligen personas que les atraigan, pero nunca les darán lo suficiente para saciar su sed.
Están atormentadas y agotadas, se secan.
Aprende a elegir bien las bebidas y las personas.
Para que puedas saciar tu sed, y no dejar que empeore.
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