Muchos mitos y desinformación rodean el concepto de adicción sexual. La idea principal se reduce a la creencia de que se trata de una dependencia casi mística que enreda a la persona y no le permite romper una relación que no le ha proporcionado alegrías durante mucho tiempo – sólo un alivio a corto plazo del contacto sexual seguido de nuevo por un doloroso deseo incontrolado…
Esto no suena muy bien, ¿verdad? Afortunadamente, esto no es cierto.
Hay varios tipos de adicción en el área de la sexualidad: adicción a la masturbación, a la pornografía y diferentes dependencias para alcanzar la satisfacción sexual.
La adicción sexual, que está directamente relacionada con otra persona, también se presenta en diferentes formatos:
– estar enamorado de una persona – y entonces el sexo es una oportunidad para estar cerca de ella, para estar juntos (especialmente si hay una contra-dependencia);
– un patrón complejo de satisfacción sexual. Se necesita algo especial, hay una dependencia de un tipo específico de estimulación – y esta persona, o bien tiene tales habilidades, o tú ya has superado la difícil etapa de adaptación del uno al otro. Por ejemplo, una persona prefiere el BDSM o el sexo en trío. No todas las parejas están abiertas a eso, y da miedo perder a la persona con la que todo funciona ya.
Así que crees que tienes una adicción sexual. ¿Qué puedes hacer al respecto?
1. Es importante analizar qué ocurre exactamente, en qué zona se esconde la principal dificultad. ¿Estás enamorado de una persona concreta? ¿Sólo la necesitas a ella? ¿O necesitas un tipo específico de satisfacción sexual, y no quieres perderla tanto que parece una adicción?
¿Por qué empezamos con esto? Es importante romper el hechizo y el encanto de la magia, y esto sólo es posible a través de la racionalización. Cuando veamos esos elementos tan específicos que se esconden detrás de la “adicción”, será posible enfrentarse a ella.
2. A veces la adicción al sexo esconde las necesidades que, en realidad, no son en absoluto sexuales…
Esta es la lista de necesidades que pueden “suplantar” las necesidades sexuales:
○ La necesidad de seguridad. Si te sientes psicológicamente seguro con esa persona -es estable como una roca, te sientes tranquilo y bien estando con ella- entonces el sexo con ella es especial. Puedes relajarte, no jugar ningún papel, no tener miedo de hacer algo mal, etc. La seguridad es una base poderosa para todo.
○ La necesidad de protección de una figura parental fuerte y estable. Se trata de la capacidad de la otra persona para cuidar de ti y mantener los pies en la tierra cuando estás desequilibrado.
○ La necesidad de compartir experiencias. Tal vez ambos hayan pasado por algo difícil (adicción, abuso de los padres, pasado traumático). Entonces el sentimiento de “ser comprendido” se convierte en un factor importante.
○ La necesidad de amor y aceptación. Es cuando una persona te hace sentir completamente amado. Cuando alguien te acepta con todos tus defectos, rasgos y peculiaridades – hay un valor tremendo en ello.
Si entendemos la necesidad básica que se esconde detrás de la sexual, entonces saldremos automáticamente del cautiverio de la atracción incontrolable hacia la única persona que puede satisfacerla, porque queda claro cuál es exactamente la esencia de la necesidad.
3. El factor de la atmósfera.
Para algunas personas, el sexo es tan bueno no por lo que ocurre en él, sino por dónde o con qué se acompaña.
Sergio describe su sexo con Jillian como el mejor. Nunca ocurre en el dormitorio: lo hicieron en un probador, en un parque, en el metro e incluso en una noria. Hasta que conoció a Jillian, Sergio era bastante conservador. Y ahora, al estar con una novia de espíritu tan libre, se siente muy bien: “Con ella me vuelvo diferente – ¡siento que soy tan genial!”.
En este caso, hay dos factores importantes – el ambiente y el gran sentimiento de sí mismo que Sergio experimenta al estar con Jillian. Es fácil ver por qué está tan unido a ella.
Otro factor que contribuye al ambiente es el sexo que se acompaña.
Miriam y Oscar tienen el sexo más apasionado después de grandes peleas. Esto es lo que hace que estén especialmente calientes el uno para el otro.
En otras palabras, a veces el factor clave no es la persona, sino el “ambiente” en el que se desarrolla el sexo.
Cualquier adicción se compone de múltiples elementos. Tomemos, por ejemplo, el tabaquismo. Uno de los factores que contribuyen a ello son las propiedades adictivas de la nicotina, y el otro, el propio acto que la gente asocia con la relajación y la calma. Por lo tanto, si quieres dejar de fumar, debes abordar ambos componentes, tratando de sustituirlos por otra cosa.
Cuando debilitamos el patrón, la zona de dependencia se hace cada vez más pequeña. Y se adquiere la capacidad de manejarla y cambiarla.
Y esto es exactamente lo que hay que hacer para afrontar la adicción sexual, ¿verdad?
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