Desde la infancia, nos han metido en la cabeza varias de las llamadas “verdades”. Podemos vivir mucho tiempo (a veces toda nuestra vida) y no dudar de ellas. Una de estas opiniones inquebrantables: no debes enfadarte con tus padres y tienes que soportarlo todo, de lo contrario automáticamente te conviertes en una persona desagradecida y “mala”.
Pero ahora eres un adulto y descubres que tu mamá no siempre tiene la razón, que interfiere activamente en tu vida y establece allí sus propias reglas. Después de comunicarte con ella, te sientes profundamente infeliz, estúpido, irritado y sin energía, como si toda la energía de tu vida se derramara por el desagüe… Y sucede todo el tiempo. Pero esta es tu madre… No puedes dejar de comunicarte con ella y excluirla de tu vida.
O… puedes?
Primero repasemos rápidamente los principales signos de comportamientos tóxicos que las personas pueden experimentar por parte de sus madres:
▸ Agresión pasiva (sarcasmo, ironía, burla, menosprecio).
“¡Oh, mira cómo te vestiste!”, “¿Y por qué siempre estás llorando por todas estas tonterías?”, “Todas tus mujeres, claro…”
▸ Manipulaciones por culpa y vergüenza.
“Si vas allí me daría un infarto”,“¿Qué dirá la gente? ¿Cómo miraré a los vecinos a los ojos si te rasuras el pelo?”,“Por tu culpa, mi salud se ha deteriorado.”
▸ Castigar mediante el uso del silencio, evasivas como reacción al comportamiento “incorrecto”.
Si no la llamas, se enojará. Si te niegas a cenar – ella no te hablará. Si rechazas su propuesta te tratará con indiferencia.
▸ Control total: intenta interferir en tu vida e imponer sus reglas.
“ Deberías casarte con Peter. Es un buen chico, ¡a quién le importa lo que quieras!”,
“¿A dónde vas? ¿Con quien? ¿Duermes con ella (él)? Dile a él (ella)…”, “Te irás a estudiar economía. Es hora de dejar tu tontería de baile!”
▸ Sobrepasar tus limites.
Mover tus cosas, llamar a tu pareja y sermonearle sobre cómo debe comportarse, revisar tu teléfono, comentar constantemente sobre tus amigos, parejas, tu apariencia, etc.
▸ Comentarios y opiniones sobre cómo debes comportarte.
“No te pongas triste, siempre debes estar alegre”,“¿Por qué la mala cara?”,“No hay razón para traer tu estado de ánimo aquí”,“No rechaces mis ideas”.
▸ Insultos, expresando su decepción contigo y tu comportamiento o forma de vida, amenazas, predicciones negativas.
“Te vas a quedar soltera/o para siempre!”, “¿Quién te necesita?”, “Eres feo/a y gordo/a – es hora de que empieces a prestar atención a tu apariencia”, “Pensé que te convertirías en médico, pero tan solo trabajas para otros…”
¿Qué puedes hacer si tu mamá es una persona tóxica?
1. Comunícate con ella lo menos posible.
Limitar el contacto con ella es una medida necesaria. La toxicidad es veneno. Cuanto más lo tenga en su cuerpo, más se sentirá envenenada y disgustada. La tarea es minimizar el flujo de palabras, frases y comportamientos venenosos.
2. Construye límites de una manera nueva.
Esto es muy difícil de hacer por tu cuenta, y es mejor consultar a un psicólogo para aprender a encontrar tus límites y cómo construirlos adecuadamente. No dejes que tu mamá vaya a donde no la quieres: “No, no te daré las llaves de mi apartamento, pero puedes venir a visitarme la semana que viene”, “Mamá, te llamaré dos veces por semana, los miércoles y sábados, el resto del tiempo me puedes escribir en WhatsApp.” “Por favor, no vengas sin avisar, puede que no esté en casa.”
3. No te involucres en enfrentamientos, gritos y conflictos abiertos.
Esto es un desperdicio de energía y recursos. Trata de hablar con calma, respeto y actuar con coherencia.
4. Si tu mamá viola los acuerdos abandona el espacio físico o detén el contacto.
Mariah llegó a un acuerdo con su madre de que ya no tratará de hablar sobre la vida personal de Mariah y el hecho de que necesita casarse y tener hijos con urgencia. Tan pronto como su mamá en una conversación telefónica intenta aferrarse a su tema favorito, Mariah advierte una vez, y en el segundo intento se despide: “Mamá, entiendo que quieras hablar de eso, pero yo no. Hablamos mañana. Abrazos”. Y cuelga. Dado que mamá todavía quiere comunicarse con Mariah, después de dos interrupciones de este tipo, entendió y dejó de plantear temas no deseados.
5. No es tu culpa
Recuerda que la toxicidad de tu madre es su problema, no el tuyo. No puedes influir en ella y no es tu culpa que se comporte de esta manera. Incluso si haces TODO de la manera que ella quiere, ella seguirá actuando de manera tóxica.
6. No temas hacerla infeliz (decepcionarla, causarle enfermedad) diciendo “no” a algo, expresando tu opinión o rechazando su propuesta.
Caroline afligida le dice a su psicólogo: “Mi madre me desea lo mejor, no está mal. Y lo hace por mí. No quiero decepcionarla.”
Causar compasión también es toxicidad. Las cosas que le pides – son para ti. Todo lo demás lo hace la persona por sí misma. Si le pides que te haga un pastel, es para ti. Pero si estás a dieta y tu madre llora porque te niegas a una pieza más y, por tanto, no la quieres, eso es manipulación. Si tienes una cita en lugar de ir a la cena familiar y la presión arterial de tu madre aumenta, eso también es manipulación.
No puedes ser el motivo del mal estado emocional de otra persona. Todos son responsables de sí mismos.
7. No es tu deber hacer feliz a tu mamá.
Puedes escribirlo como una nota en tu teléfono y leerlo en voz alta cada vez que sientas que la “excavadora emocional” de tu madre está revolcándote. Amas a tu mamá, pero no puedes permitirle que viva tu vida y te dicte lo que debes hacer.
El hecho de que estés tratando de proteger tu salud psicoemocional es una necesidad vital. Es tu deber contigo mismo y no te convierte en una mala hija o en un mal hijo. A veces, los padres tóxicos cambian cuando comprenden que están perdiendo a sus hijos y que es culpa suya. Pero si esto no sucede – no es culpa tuya.
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