Imaginemos que su relación con su pareja es un camino. Ustedes están caminando a lo largo de él juntos.
“¿Pero adónde?” – es posible que desee preguntar.
¡Aquí está la primera sorpresa!
No van a ninguna parte, pero en el mejor sentido de la palabra.
Después de todo, todo tipo de eventos importantes, como vivir juntos, casarse, comprar un departamento juntos, tener una mascota, tener hijos, son tramos importantes del camino, pero no el final.
Al igual que el “futuro feliz” que visualiza con su ser querido no es un momento en el tiempo, no es un cuadro fijo de la escena final de una película, sino un PROCESO.
Por lo tanto, en una relación, usted y su pareja se mueven constantemente hacia algún lugar, siguiendo su camino compartido.
Son curiosos, están tomados de la mano, estudian el entorno juntos, eligen hacia dónde girar y dónde mirar.
Y en algún momento se encuentran en un lugar realmente desagradable. Puede ser en lo profundo de un bosque, un pantano, un abismo o viceversa: una montaña enorme que no saben cómo cruzar, un motel al borde de la carretera con cucarachas y agua con óxido.
De un paseo divertido y placentero, su camino común se convierte en un desastre.
¿Qué hacen?
Por lo general, la gente comienza a jugar el juego de la culpa.
¿Quién dijo que deberíamos girar aquí? ¿Quién prometió que conocía el camino y nos llevaría al lugar correcto? ¿Y quién se quejaba y no me dejaba concentrarme? Y así.
Y encontrarán al culpable.
Y luego comienzan las demandas: te equivocaste, así que ve a arreglarlo.
A primera vista, puede ser justo. De hecho, el que nos llevó al lugar equivocado tiene que sacarnos de allí.
Pero en este caso se convierte de aliado en enemigo, en “malo” y “víctima del malo”.
¿Hay muchas posibilidades de salir del apuro cuando los individuos involucrados se tiran a la yugular del otro?
No, no lo hay.
Por eso es importante preguntarse:
– ¿Quiero tener razón o ser feliz?
– ¿Quiero que superemos esto, o quiero vengarme?
– ¿Me importa más nuestra relación o la justicia?
Y si elige la relación, entonces es importante separar a su pareja del problema.
Por un lado, está su persona amada. Y por el otro está el problema que deben resolver juntos. Y no importa quién lo provocó. Es solo un problema.
¿Por qué juntos? Porque es una RELACIÓN. Compartimos tanto lo bueno como lo malo en una relación.
Este enfoque primero reduce la tensión en la pareja. Y, en segundo lugar, ayuda a los socios a sintonizar la unión.
La unión es la condición más importante para superar la crisis. Ayuda a las personas a lidiar con todo tipo de desafíos.
El camino con su compañero no será parejo.
Será a veces recto y a veces sinuoso, fluido y luego accidentado, pintoresco y luego sombrío y hostil. Las llanuras se convertirán en montañas, a veces tendrá que vadear ríos y los pantanos también son bastante comunes.
Pero si aprende a superar estos obstáculos basándose en el principio de unión, su camino será largo y, en su mayor parte, hermoso.
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