La aromaterapia no es un concepto nuevo, en absoluto. Es uno de los métodos más antiguos de afectar la conciencia. El hábil uso de los olores permite invocar diferentes estados emocionales. Incluso la gente de la Roma prehistórica, Egipto, Grecia y China lo sabían.
Los aromas de los aceites esenciales nos afectan en todos los niveles: físico, psicológico y social. Pero, ¿cómo se produce esta influencia en la esfera psicoemocional? Parece que son simplemente … ¡olores! ¡Pero no, no son “simples” en absoluto!
Tenemos cinco sentidos principales y cada uno de ellos tiene sus propios receptores. El olfato es la capacidad de detectar y reconocer olores. Nuestra nariz los percibe, pero luego la información se transmite a través del sistema nervioso central al cerebro. Tenemos más de 10 millones de receptores olfativos. ¡Piensa en este número!
El olfato es el más desarrollado de los cinco sentidos que tiene un niño cuando nace. El olfato, a diferencia de la vista o el tacto, se desarrolla incluso antes de que nazca el bebé. Después del nacimiento, el niño reconoce a su madre principalmente por el olfato.
El sistema límbico, que se encarga de las emociones, participa en la regulación de las funciones de los órganos internos, olfato, memoria, sueño, insomnio, está muy cerca del centro olfativo. Por lo tanto, la percepción de aromas provoca ciertas sensaciones y asociaciones guiadas por las emociones.
La memoria emocional está estrechamente relacionada con los olores. ¿Recuerda cómo te transportas al jardín de infancia cuando sientes el olor a papilla de leche o sopa de lentejas? O incluso después de diez años, al sentir el olor del perfume de aquel de quien te has separado hace mucho tiempo, de repente te transportas allí, en Seattle, en sus brazos, completamente en contra de tu voluntad.
Vanessa dice: “Cuando era pequeña, mi madre y yo solíamos ir a un café para niños. Olía a algodón de azúcar y pasteles recién horneados. ¡Para mí, esta es la combinación de olores más agradable!”
Las asociaciones negativas funcionan igual de bien. Cuando Sergio tenía 5 años, sus padres solían pelear en la cocina a altas horas de la noche, cuando su mamá estaba haciendo pasteles de pescado para la venta. El pequeño Sergio se tapaba la cabeza con la almohada y se congelaba de miedo. El olor a pescado todavía trae una sensación de ansiedad en Sergio adulto.
Actualmente se está estudiando activamente la influencia de las fragancias en el éxito de los negocios y el comercio. Se ha comprobado que algunos olores pueden provocar determinados comportamientos deseados en las personas. Por ejemplo, el olor a pan y productos recién horneados hace que la gente no solo vaya a la cafetería de donde sale, sino que también aumenta su deseo de realizar más compras en el centro comercial.
Entonces, la influencia de los aromas en la psique es enorme. Sería extraño no usar esto para aprender cómo mejorar tu estado emocional con su ayuda, ¿verdad?
La aromaterapia cura el cuerpo con aceites esenciales. Su efecto se realiza en un nivel inconsciente, ya que la conciencia de “me gusta o no me gusta” no siempre refleja las particularidades de la respuesta de nuestro sistema nervioso a un olor determinado.
Los diferentes aceites esenciales tienen diferentes efectos: algunos tonifican, otros calman y relajan. Si eliges el aroma adecuado, puedes lograr un efecto sorprendente. Lo más importante es elegirlos de forma individual y cuidadosa y conocer las propiedades de los aceites. Lo mejor es seleccionar composiciones con la ayuda de un especialista para que el efecto sea lo más duradero y positivo posible.
Combinada con otros métodos psicológicos – psicoterapia, técnicas de relajación, etc. – la aromaterapia se vuelve mágica al complementarlos.
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