La ansiedad puede ser situacional -cuando es una respuesta a unas circunstancias concretas- o personal -cuando acompaña a la persona constantemente, sin vacaciones ni fines de semana-. Las personas ansiosas, por supuesto, se acostumbran a este rasgo, pero la calidad de sus vidas sigue viéndose afectada.
Si siempre te preocupas por algo, estos son los cinco hábitos útiles que pueden ayudarte a sobrellevar la situación.
1. Presta atención a los músculos de tu cuerpo.
La tensión mental se refleja SIEMPRE en el cuerpo. Si le prestas atención, entenderás que los músculos de tus hombros, cuello, espalda y abdomen están tensos. En cuanto relajes los músculos, el cerebro recibirá la señal de que todo está bien, la señal de “¡Peligro!” puede ser cancelada y la ansiedad se reducirá. Si no puedes relajar algún músculo, intenta primero tensarlo al máximo, y entonces podrás relajarlo.
2. Presta atención a tu cara.
El principio es el mismo. Cuando una persona está estresada, su mandíbula se tensa y una máscara de ansiedad se congela en su rostro. Comprueba de vez en cuando cómo están los músculos de la cara y relájalos. Intenta sonreír o, al menos, cambiar a una expresión de buen humor.
3. Vigila tu consumo de agua.
Para que el cuerpo funcione correctamente, necesita suficiente agua. Mantén una pequeña botella de agua cerca de ti y llénala durante el día. Puedes instalar una aplicación en tu teléfono que te recuerde que debes beber agua.
4. Desactiva las notificaciones en tu teléfono de los programas y aplicaciones de noticias.
Los “preocupados” están siempre en alerta máxima: ¿cómo relajarse cuando aparecen constantemente notificaciones del correo, las noticias, Telegram y otras aplicaciones? Este es un camino directo a la neurosis. Guarda sólo lo que realmente necesitas.
5. Haz ejercicios de respiración.
En las secciones “Psicosutra” y “Emergencia” de la aplicación Mindspa, hay muchas buenas opciones; seguro que encuentras algo que te convenga. Es aconsejable no esperar a que la ansiedad te abrume, sino aprender a respirar correctamente antes de que ocurra. Respirar en cuadrado te ayudará, así como la técnica de “inhalación corta, exhalación larga”.
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