La separación es el proceso de un niño que se separa de sus padres, ganando autonomía e independencia en su comportamiento, puntos de vista y decisiones.
La separación es un proceso bidireccional en el que la tarea de los padres es dejar ir al niño y la tarea de los niños es separarse de mamá y papá.
Por desgracia, muy a menudo este proceso se rompe en algún punto intermedio, o incluso al principio. Las razones de esto pueden variar, por lo que hoy hablaremos de tres de ellas.
Coaliciones familiares
Son alianzas situacionales, inestables y cambiantes entre parientes. Se crean para lograr un objetivo determinado, y funcionan en base al método de triangulación (hacer triángulos), cuando dos se unen contra un tercero, y el tercero toma la posición de forastero.
Si la familia prosperó con tales coaliciones, a una persona le resulta difícil estar del mismo lado que los demás como adulto. Por regla general, replican el patrón de “ser amigos contra alguien” en diversas relaciones: en el trabajo, en pareja, con amigos.
¿Cómo afectan las coaliciones a la separación? Es difícil separarse de una persona si está luchando a su lado contra otra persona. Parecen ser su fiel aliado, ¿cómo puede estar sin ellos? Y luego piensa: ¿Y la otra persona, cómo va a estar sin mí? ¿Tengo derecho a dejarla? No, no lo tengo.
Mitos familiares
Un mito familiar es una idea que une a todos los miembros de la familia y describe su forma de interactuar entre ellos.
Un mito responde a las preguntas: “¿quiénes somos?”, “¿cómo somos?”, “¿cómo estamos conectados?”, “¿cómo nos comunicamos entre nosotros?”
Un mito está firmemente arraigado en el sistema familiar, obligando a todos a jugar según sus reglas.
A menudo sucede que los mitos se convierten en un obstáculo para una separación saludable y pueden estar tan profundamente grabados en su mente que determinan no solo la relación padre-hijo, sino también otras relaciones, así como su sentido de sí mismo, autoidentificación y autoestima.
Guiones familiares
Algunas familias tienen sus propias creencias fuertes, unos lazos invisibles que sugieren: “siempre lo hemos tenemos así”. A veces la idea de cierta predestinación es tan fuerte que parece estar grabada en sus genes y suena como un eslogan de un reality show de psíquicos y médiums: una corona de celibato, una maldición familiar, el síndrome ancestral. “Todas las mujeres de nuestra familia sufren después de los 42, y todos los hombres mueren antes de los 50”.
Este es el llamado guion familiar o, en términos de psicología, réplicas familiares inconscientes. El niño busca replicar el destino de sus padres o parientes más cercanos.
Es muy difícil desconectarse de la familia si está unido con lazos místicos.
Los guiones familiares dificultan la separación no solo de los padres, sino también de su estilo de vida que también empiezan a seguir los hijos.
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