1. Estás contento con estar solo. Cuando esto sucede, te sientes genial, nunca aburrido y agradablemente ocupado. Sabes entretenerte, o simplemente relajarte y tomártelo con calma.
2. Confías en ti.
3. Tomas tus propias decisiones y haces tus propias elecciones; tomas responsabilidad por tus actos.
4. Estás en contacto con tus sentimientos y emociones. Los reconoces, los tratas, controlas su intensidad, y sabes cómo expresarlos.
5. Inviertes en ti: en tu mejora, salud, placer, y confort.
6. Tu autocrítica funciona. Ves claramente tus puntos fuertes y tus puntos débiles. Reconoces cuando has hecho algo mal. Admites tu mala conducta y tus transgresiones. Sin embargo, no te regañas a ti mismo. Más bien lidias con las consecuencias y aprendes de tus errores.
7. Eres capaz de apoyarte a ti mismo. Sabes lo que te conviene y lo usas a tu favor. Cuando lo necesitas y es necesario, no temes pedirle ayuda a otros. No consideras esto una debilidad.
8. Te haces feliz. Hay suficiente en tu vida para gratificarte a ti mismo. y tu eres responsable de todo eso.
9. Te conoces a ti mismo.
10. Respetas tus propios límites. Tiene una comprensión clara de lo que es aceptable con respecto a usted y lo que no lo es. Sabes cómo transmitir esa información a otras personas. Si la gente te ignora de alguna manera, tomas una posición.
11. Tienes éxito en el trato con otras personas. Reconoces la importancia de las relaciones como tales. Te rodeas de buena gente.
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