Las personas piensan de manera diferente e interpretan los mismos hechos de forma distinta. En ello influyen muchos factores: la experiencia vital, el círculo social, la educación, el sistema de valores y mucho más.
Normalmente, elegimos comunicarnos con personas con las que coinciden nuestros puntos de vista sobre cuestiones vitales fundamentales: nuestros valores y creencias son similares. Sin embargo, hay situaciones en las que no podemos elegir.
Tal vez haya ocurrido que tú y los miembros de tu familia vean de manera muy diferente lo que está sucediendo en el mundo. ¿Y ahora qué? ¿No hablar con tus padres?
O tomemos a los compañeros de trabajo. Tampoco los elegimos, pero aun así tenemos que interactuar. ¿Cómo comunicarnos si no estamos de acuerdo en cosas fundamentalmente importantes?
1. No discutir temas “calientes”.
Esta es la primera y principal recomendación. Está claro que ninguna de las partes podrá convencer a la otra. En contra de una creencia muy extendida, la verdad no nace en una disputa. Más bien nace un conflicto, que puede imposibilitar el contacto posterior. Por lo tanto, es mejor acordar no discutir temas que provoquen desacuerdos y agresiones evidentes.
2. Protege tus límites cuando alguien los viola intentando arrastrarte a una disputa inútil.
Esto puede hacerse con la ayuda de frases: “No quiero discutir este tema”, “Yo pienso de otra manera”, “Hablemos de otra cosa”, “Cada uno tiene su propio punto de vista”, “Creo que es mejor que lo dejemos ahora”, “No discuto de política/religión/noticias”.
3. No te centres en lo que te separa sino en lo que te une a tu interlocutor.
Recuérdate a ti mismo que, aunque tu padre vea algo de forma diferente, no deja de ser tu padre y le sigues queriendo. Y que tu amigo tiene una experiencia de vida y una situación diferentes, por lo que sus puntos de vista son distintos. Pero también tienen otras cosas en común, de lo contrario no serían amigos.
4. Recuerda que los demás no tienen por qué ser como tú.
Eso no los hace estúpidos o malos. Esto les hace diferentes a ti. Si esta diferencia no te vulnera (no te impone algo, no te obliga a aceptar otro punto de vista), puedes comunicarte, evitando los temas inseguros y dejando a estas personas el derecho a ser ellas mismas.
5. Si te has dejado llevar, para y exhala.
Hazte estas preguntas: “¿Qué siento ahora?”, “¿Qué estoy haciendo ahora?”. Estas preguntas invocan la atención plena y te ayudan a desactivar el piloto automático emocional. Inhala, exhala y cuenta hasta 10: también ayuda.
6. Evita los ataques personales
Si no puedes hacerlo, es mejor detener el diálogo antes de decir algo de lo que te arrepentirás después.
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